Madrid de fiesta: Chulapas, chulapos y chulapitas



Y Madrid también tiene su fiesta, la del 15 de mayo, San Isidro Labrador. En la pradera que lleva el mismo nombre, los madrileños -y los que, por trabajo, deben vivir aquí- viven el festivo (feriado) llevándose en un bolso su bocadillo, tortilla de patatas o cualquier cosa para comer, un poco de vino o cerveza y si se puede alguna rosquilla, de cualquier categoría: las "listas" y las "tontas", son dos de ellas. Ferias de puestos, kermeses, conciertos (recitales) al aire libre, baile del chotis y todos los bares abiertos le dan marco a este fiesta de la capital, propia de Castilla, la región donde se inserta cultural e históricamente Madrid.

Los que más llevan el traje de chulapo son los peques (niños), orgullosas ellas con sus faldas a lunares, su pañuelo en la cabeza y su clavel en el pelo; ellos, con camisa blanca, chaleco y gorra (boina) a cuadritos. Y sus bigotitos pintados.

Madrid reivindica por esta fiesta su identidad castellana, en estos tiempos en los que las grandes ciudades se cosmopolitizan más y, en esa mezcla de culturas, empiezan también a parecerse un poco más entre sí.



Chulapitas hasta con chupete o encima de un carrito. No hay límite de edad















El puesto de chorizos y otros chacinados escapa de la Policía que ha llegado a inspeccionarles. Una joven intenta pegarle a alguna botellita para llevársela.








Chulapo y chulapita. Los jóvenes también se suman con los trajes, aunque son los menos.

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