Grottammare, turismo tranquilo en el Adriático

Grottammare es un apacible pueblito de la costa del adriático italiano, en donde se puede descansar si uno quiere sol, playa y montaña. Una periodista inglesa, exagerando un poco, comparó su costa con la de Copacabana. Nada más lejos. Es un turismo mayormente familiar, con familias de niños pequeños y poca juventud. Para darse una idea: existe un único pub en Grottammare, se llama Osterix y esta temporada no desborda los días de semana. "Este verano es un desastre; pensaban que en julio iba a llegar la gente y no llegó. Esperaron agosto y no hay nadie, en la segunda quincena termina todo", me cuenta mi amiga Valeria, quien vive en esta región, la Marche, desde hace varios años. La afirmación contrasta con la gran cantidad de coches que se encuentran aquí, producto un poco de la casi nula red de transporte público.






Familias de día y poca juventud de noche caracterizan a Grottammare











La gastronomía es uno de los fuertes de la región y los mariscos, estrellas absolutas. También pueden comerse peces de mar y de río y... caracoles, muy sabrosos, que pueden degustarse en el Porto D'Ascoli o en San Benedetto del Tronto.






En la primer foto aparece el Grottamare alto, en donde está la zona histórica -de orígenes en el siglo VIII- del pueblo, que debe su nombre a unas grutas que comunicaban la montaña con el mar. En las restantes, pequeñas postales de la zona urbana actual, junto a la franjas costera, que no comenzó a edificarse hasta 1783.













Desde aquí puede también iniciarse un pequeño paseo por la montaña, en bicicleta o en coche, que te lleva a los diferentes pueblitos de la provincia de Ascoli Piceno. En agosto pueden visitarse las "sagras", fiestas populares en donde la vedette es la comida: pasta, por supuesto, y también el arrosticini y la olive fritte, dos delicias para comer con los dedos y para chupárselos.









En Monterubbiano, por ejemplo, se ofrecía una "cena rústica" que, si uno llegaba después de las 22, se había reducido a su postre: sandía. Valió la pena, no obstante, hacer un laberíntico camino de montaña para encontrarse encima de un cerro con un pueblito de piedra y con vecinos que, muy temprano en la noche, se saludaban hasta el otro día. También, para ver en directo (en vivo) clases de arco y flecha.






En Ripatransone, que como todo pueblito de la zona está encaramado en una montaña, está la que dice ser la calle más estrecha de Italia, de sólo 43 centímetros de ancho. Este poblado es uno de los más grandes de la zona: 4.400 habitantes. Nos enseña Wikipedia que vive del turismo, los museos y la agricultura, y que se destaca por la producción de aceite de oliva y de vino.






La ciudad "grande" de la zona es San Benedetto del Tronto (53 mil habitantes), con mucha mayor vida nocturna y movimiento de turistas en pubs, pizzerías y casas de juegos. Hay, por cierto, una estación de tren que conecta con la extensa e intrincada red ferroviaria italiana, y con grandes capitales de provincia como Ancona, Bologna o Bari.





Grottamare está a unos 150 kilómetros al oeste de Roma y la principal ciudad cercana es San Benedetto del Tronto.

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